Mi vecino es constructor, o lo era. Y yo funcionario, de momento. Hace
no tanto, cuando la realidad era de papel celofán, el horizonte un
interminable bosque de grúas y las avenidas se alfombraban de coches de
alta gama recién estrenados, le confesé lo que ganaba y su respuesta fue
tan contundente como sustanciosa: “Yo por ese dinero ni me levanto de
la cama”. Hoy es de los que suman su vozarrón contra los empleados
públicos. Así somos. Así nos va.
José Luis Peira / La Parte, Asturias (El País, Cartas al director, 19/08/2012)
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