martes, 20 de noviembre de 2007
Juan Antonio Cebrián: In memoriam
Hace un mes nos dejó Juan Antonio Cebrián. Como muchos oyentes de su programa, yo me enteré en el mismo momento en que lo anunciaron. Ese sábado, pocos minutos después de la 1 de la noche, sintonicé Onda Cero, como otros muchos sábados. Estaba acabando el boletín. A continuación una voz nos anunció la terrible noticia: Cebrián había fallecido esa misma tarde, de un infarto. Cebrián nos dejó con sólo 41 años de edad. Dejó mujer (Silvia, su compañera no sólo en la vida, sino también en la radio) y un hijo de 4 añitos, Alejandro.
Cuando lo anunciaron no me lo podía creer. Pensé que era una broma macabra. ¿Cómo nos podía haber dejado Cebrián después de tanto tiempo, y con todo lo que aún nos quedaba por aprender de él? Me fui al ordenador y me empecé a conectar a foros, webs, blogs... Pues sí, era cierto, incluso Onda Cero había colgado el comunicado que habían leído en antena minutos antes. La verdad, es que me quedé escuchando el programa que emitieron en sustitución del suyo hasta el final, hasta las 4 de la madrugada. Aún tenía la esperanza de que en algún momento apareciera Cebrián contándonos que todo había sido una broma, pesada de las que más, pero una broma, y que por tanto seguía con nosotros. Llegaron las 4 y decidí irme a dormir.
A la mañana siguiente lo primero que hice fue conectarme a internet. Quería creer que lo ocurrido la noche anterior había sido una terrible pesadilla. Pero no. Ahí estaban los titulares: "Fallece el locutor radiofónico Juan Antonio Cebrián", se podía leer en varios medios. Empecé a buscar y buscar, y encontré varios sitios donde estaban enviando mensajes de condolencia. Así descubrí el foro de su programa La Rosa de los Vientos. Un foro que se llenaba de mensajes, primero de incredulidad, luego de desazón y de desesperación, finalmente de recuerdo y de apoyo a toda la familia rosaventera, y en especial a Silvia y Alejandro. Los iba leyendo uno tras otro, apenas podía. Por momentos las lágrimas me impedían continuar leyendo, y eso que no soy precisamente de lágrima fácil. Alguien puede pensar que al fin y al cabo no era más que una voz de una persona a quien ni siquiera conocía personalmente... sí, pero una voz que me ha acompañado muchos ratos, muchas madrugadas durante los últimos 15 o 16 años (ya ni me acuerdo).
Durante esa mañana descubrí que no estaba sólo. Muchas personas como yo lo estaban pasando mal. Enviaban mensajes a foros (en un par de semanas se superaron las 120 páginas de mensajes), realizaban montajes de imágenes y los colgaban en youtube, escribían entradas en blogs... De todos ellos surgía una idea: el programa debía continuar.
Y así ha sido. El equipo de La Rosa de Los Vientos continúa con el programa, con Silvia al frente como directora, ahora en solitario, y con el mismo equipo que durante los últimos años han acompañado a Juan Antonio Cebrián. Y que sigan por muchos años más. Los rosaventeros seguiremos a su lado.
Juan Antonio, allá dónde estés, seguro que estás "contento y feliz, como una lombriz", como siempre nos saludabas en cada programa. Hasta siempre, maestro.
PD. Prometo que este blog no será triste ni lacrimógeno. Pero hace "casi" un mes que quería escribir esto, y qué mejor que hacerlo como primer post del blog. En la siguiente entrada ya haré una presentación más convencional, explicando el por qué del título (aún me lo tengo que explicar a mí mismo), la correspondiente declaración de intenciones (si es que tengo intención de hacer algo, que aún está por ver) y todas esas cosas que se suelen escribir como primer post de un blog.
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